Navegación en el Lago Llanquihue 1852 - 1952 |
"La Fundadora" fue el nombre de la primera embarcación que navegara las aguas del Lago Llanquihue. Construida a fines del año 1852, era una embarcación pequeña, a vela, del tipo balandra. Fue construida por orden de don Vicente Pérez Rosales según decreto del Supremo Gobierno. Su construcción se realizó junto a las orillas del lago, en el lugar denominado "La Fábrica", y dio origen al nombre de aquel lugar hasta el día de hoy. El costo de la obra fue de $ 345. y su aparejamiento fue de $ 245, lo que dio un total de $ 640, incluyendo otros gastos necesarios para el servicio. También se construyeron dos botes o chalupas para llevar al remolque, destinados al embarque y desembarque de los pasajeros y enseres en los lugares donde era necesario recalar. En el viaje de inauguración, que efectuó esta embarcación en el mes de enero de 1853, fueron trasladados a la localidad de Playa Maitén los colonos con sus familiares y enseres; eran las familias Siebert, Mardorf, Ochs, Andler y otros. Este velero debía realizar toda clase de servicios como traslado de los recién llegados o viajes de auxilio y transporte de víveres y materiales. Tenía que hacer viajes regulares con salidas desde Puerto Chico los días lº, 10 y 20 de cada mes para llegar a Playa Maitén los días 3, 13 y 23; para el itinerario de retorno se tenían 1 días siguientes. Estaba ordenado que tenía que recalar en todos los puertos y playas donde estaban radicados los colonos. Para mayor seguridad y obtener un servicio expedito, los colonos que requerían su servicio, colocaban una bandera blanca en la playa, pues éste era el sistema del aviso o de señal. Los sueldos y salarios del personal eran los siguientes: en abril de 1853, el piloto, que hacía las veces de H capitán, ganaba $ 20 mensuales y los tres marineros $ 10 cada uno al mes. Algunos meses después se reajustaron estos últimos en $ 13. y $ 14. En comparación de estas cantidades, se pueden nombrar algunos precios que regían en ese tiempo: una vaca costaba $ 8. y un buey $15; una cuadra de terreno costaba $ 1. De igual forma se pueden comparar también los precios de construcción de esas embarcaciones. El primer piloto de "La Fundadora" fue don Pedro María Uribe, los marineros fueron Atanacio Mansilla, M Tomás Hernández y Claudio Uribe. En 1854 se encomendó a don Fernando Hess efectuar una reparación al velero, que fue ejecutada por el carpintero Marcos Pacheco, el cual percibió la cantidad de $95, Don Fernando Hess cobró $ 50 por la compra de dos chalupas nuevas para el servicio del velero. Una nueva reparación, que duró desde noviembre de 1855 hasta el 15 de enero de 1856, fue necesario hacerle a "La Fundadora". Los trabajos los hizo don Francisco Pacheco y cobró $ 16. mensuales. El transporte era sin costo para los colonos y libremente también transportaban sus enseres y víveres. Esta primera balandra se mantuvo hasta el mes de julio de 1856, fecha en que un fuerte temporal la hizo naufragar. EL "ENRIQUETA" Fue el nombre del primer vapor que navegara en las aguas del Lago Llanquihue. Era un barco mixto, es decir, poseía propulsión a motor y/o velas; con vientos favorables se usaban estas últimas a fin de aumentar su andar. Fue construido en el año 1872 por la Sociedad formada por los señores Federico Oelckers y Eugenio Schulz, siendo su infraestructura y casco de madera. La caldera y máquina fueron encargadas a Alemania. Se le asignó el nombre de "Enriqueta", en señor a la hija del Intendente de la provincia de Llanquihue, don Felipe del Solar, quien también tenía parte en la construcción de este vapor. El cargo de capitán lo desempeñó don Maximiliano Hoelck. Al poco tiempo la sociedad se disolvió traspasando el señor Helckers sus derechos al socio señor Schulz. Desde la puesta en servicio, el "Enriqueta" zarpaba de Puerto Chico los días martes en dirección a la localidad de Playa Maitén. Debía recalar en todos los puertos del trayecto, regresando al día siguiente y haciendo el mismo itinerario. En uno de estos recorridos, en el año 1874, varó en unos bajos existentes en las cercanías de la "Punta de los Bajos", destruyéndose la hélice. Con grandes dificultades pudo ser reflotado y remolcado hasta Puerto Octay para su reparación. Algunos años más tarde el señor Schulz transfirió el "Enriqueta" a don Gustavo Schminke, quien lo mantuvo en servicio de cabotaje hasta 1884. Siendo ya obsoleto y debido a la inseguridad que ofrecía por su estado, su propietario lo fondeó en Octay, donde posteriormente fue abandonado hasta que sus restos se hundieron en el fango. EL"CLARA" Fue construido en Puerto Octay por el señor Erique Martin. Su hijo Albino, que había cursado estudios en la Escuela de Artes y Oficios, era el Ingeniero encargado de la construcción. Sus dimensiones eran 25 metros de eslora por 2.50 de manga; el casco era de madera con las cuadernas de fierro. La capacidad era de 90 toneladas de carga cuando fue botado al agua el 20 de enero de 1885. La maquinaria había sido adquirida a la firma Jansen, de Hamburgo, y tenía una fuerza motriz de H.P. Su capitán fue don Carlos von Benderosen, casado con la hija del propietario y que dio origen al nombre del vapor. Posteriormente el capitán fue don Emilio Martin, hijo del propietario y el piloto fue don Rufino Guerrero, con experiencia en la navegación. El 24 de marzo de 1893 este vapor se varó a la entrada de Octay, pudiendo ser reflotado con algunas dificultades. Ese mismo año fue vendido al señor Eugenio Chulz. Un fuerte temporal de norte que azotó i Puerto Chico el 26 de junio de 1895 no pudo ser portado por el "Clara", el que naufragó en ese puerto. rápidamente se trabajó en el reflotamiento y el 30 de enero de 1896 ya se había logrado arrastrarlo 20 metros hacia la orilla; el 27 de febrero la cubierta superior aparecía en la superficie y se termina el reflotamiento el 12 de marzo de 1896. Posteriormente pudo ser remolcado por el vapor Llanquihue a un lugar más seguro a fin de hacerle una reparación total para ponerlo en condiciones de navegación. El reflotamiento lo dirigió don Augusto Wittwer. Esta reparación sólo iba a durar pocos meses, debido a que en el invierno siguiente, en 1896, nuevamente es sorprendido por un fuerte temporal, saliendo de Puerto Varas hacia el norte, donde desapareció definitivamente. EL "LLANQUIHUE" Este vapor fue construido en Puerto Chico por don Femando Hess en sociedad con don Gustavo Hollstein. Fue botado al agua el lo de febrero de 1894; el casco era de madera con cuadernas de fierro y tenía una capacidad de 75 toneladas. En el año 1897 es adquirido por don Gustavo Schminke. Realizaba viajes regulares entre Puerto Chico a Puerto Octay y Puerto Varas a Ensenada, tocando en todos los puertos intermediarios. Todo el movimiento de sur a norte y viceversa, se desarrollaba en aquella época a través del Lago Llanquihue y era la única vía de comunicación existente entre el norte y el sur. El 28 de septiembre de 1900, encontrándose cerca de Puerto Octay, un incendio produjo grandes daños al 'Llanquihue". En ese viaje conducía 56 terneros y 6 caballares, los que, en vista del peligro, fueron lanzados al agua para que alcanzaran la playa cercana; lamentablemente no fue así y sólo se salvaron 6 terneros y un caballo. Con mucha dificultad fue sofocado el incendio que estaba bajo cubierta y muy cerca de la caldera, siendo remolcado hasta Puerto Octay, lugar donde hubo que hacerle reparaciones de consideración. El 16 de octubre de 1900 volvió a reanudar el servicio y poco antes de los dos años, un segundo incendio, el 20 de julio de 1902, en el muelle de Puerto Octay, también le causó enormes pérdidas. Estos incendios motivaron a su propietario a un cambio total de maquinaria. Sin embargo, no fueron los anteriores los únicos percances que sufrió el "Llanquihue". En la noche del 8 al 9 de mayo de 1904, se varó en unos bajos existentes cerca de la Punta de los Bajos, sufriendo la quebradura de la hélice y de su eje, causando graves desperfectos y daños económicos para su dueño. Hubo de ser remolcado por el vapor "Colonia" hasta Puerto Octay para efectuarle una costosa reparación. Un tercer incendio, ocurrido en el mes de julio del año 1909, frente a la costa de La Poza, hizo desaparecer definitivamente este vapor. EL "COLONIA" Muy poco después que perdiera el "Clara", don Eugenio Schulz termina la construcción del "Colonia", que fuera lanzado al agua en octubre de 1896. Como los anteriores, el casco era de madera sujeta en cuadernas de fierro. La eslora alcanzaba a 33 metros, lo que le permitía una capacidad de 120 toneladas. Era una hermosa nave, provista de muchas comodidades y de gran capacidad. Tenía el defecto que su andar era lento debido a que las fuerzas de la máquina y de la caldera no guardaban relación con el tamaño de la nave. En enero del año 1897 el "Colonia" es adquirido por don Gustavo Schminke, quedando este señor con dos barcos: el "Colonia" y el "Llanquihue". En el mes de mayo de aquel año, entre los pasajeros que viajaban desde Ensenada a Puerto Chico, se encontraban los miembros de la Comisión Chilena de Límites, señores Steffen, Von Schellendorff, Hom, Fischer y otros, que regresaban de un viaje de estudios desde Nahuelhuapi. Un fortísimo temporal de norte puso en esa misma ocasión en serio peligro a este vapor, debiendo ser auxiliado por el '"Llanquihue" y remolcado a puerto. Un trágico accidente acaeció el 28 de octubre de 1899, fecha en que se ahogó el capitán del "Colonia", señor Niess: un fuerte temporal cortó las amarras del bote salvavidas haciendo fructuosos los esfuerzos de éste que pretendió alcanzar nado el bote, desapareciendo bajo las grandes olas de las tempestuosas aguas. El año 1907 el propietario de esta nave es don Ricardo Roth. Ese mismo año éste inició las caravanas turísticas con la llegada de los primeros siete turistas desde Buenos Aires a San Carlos de Bariloche y pasando Chile. Los turistas se embarcaron en Ensenada hacia Puerto Varas y desde allí continuaron viaje a Puerto Octay, Osorno y norte del país. En los relatos anteriores se ha visto que los vapores estaban constantemente expuestos al peligro causado por incendios. El 14 de septiembre de 1912 se produjo un incendio, cuando el vapor se encontraba atracado en el Muelle de Octay, el cual pudo ser sofocado rápidamente. investigaciones posteriores demostraron que se había rociado petróleo con el objeto de incendiarlo, Esta grande y cómoda nave tuvo, sin embargo, un trágico fin, cuando el 21 de abril de 1915, zarpaba del Muelle Wyhmeister de Los Riscos. La caldera estalló lentamente, pereciendo 13 personas, entre tripulantes pasajeros, los cuales fueron: Teresa Schminke, José 'reamo, Hilaria Gallardo vda. de Gallardo e hijos Federico y Rafael, Leopoldo Rivera, Antonio Villarroel, Carlos Roschets, Eleuterio Gallardo, capitán; Antonio Ampuero, maquinista; Pedro Oyarzo, cocinero; Antonio Caiman, marinero, y Arturo Paredes, marinero. Milagrosamente se salvaron el piloto don Antonio Aguila y el pasajero don Eduardo Wolleter, debido a que ambos se encontraban en ese instante en la cabina sobre la cubierta de popa. Esa parte de la cubierta, conjuntamente con la cabina, permaneció a flote sobre el agua, puesto que era totalmente de madera. La causa de la explosión se atribuye a una negligencia y descuido del maquinista, quien tenía la costumbre de poner un peso a la válvula de escape del vapor proveniente de la caldera; esto produjo una sobrepresión dentro de la caldera, lo que ésta no resistió. Además la caldera, que era demasiado pequeña, no respondía para darle una mayor velocidad a la nave; el maquinista cometió este error, el que al final causó el desastre. Esta fue la tragedia de mayor proporción por la pérdida de vidas acaecida hasta esa fecha en el Lago Llanquihue, además de la pérdida total del barco. EL "SANTA ROSA" En el año 1902 un grupo de personas de Puerto Varas formaron una sociedad con el objeto de construir un vapor para destinarlo al cabotaje en el lago. La sociedad se formalizó el 11 de septiembre de 1902, la que giraba bajo la razón social de "Sociedad Klenner, Niklitscheck y Compañía"; su capital inicial era de $ 50.000 y se componía de 65 socios. Este nuevo vapor, al que se le asignó el nombre de "Santa Rosa", fue construido por la firma Behrens, de Valdivia, y siendo el primer vapor armado totalmente de fierro. Sus dimensiones eran de 28 metros de eslora con una capacidad de 80 toneladas; poseía dos mástiles-aperados con vergas y velas que en los primeros viajes se utilizaban para aumentar su andar, las que posteriormente hubo que retirar, porque constantemente estaban expuestas a las chispas provenientes de las calderas que se alimentaban con leña, su capacidad era para 80 pasajeros. El "Santa Rosa" se trasladó desarmado por vía marítima desde Valdivia a Puerto Montt. El transporte desde esta ciudad hasta el lago no fue fácil, debido a que el camino era angosto y en muchas partes con pronunciadas cuestas que sólo con buenos bueyes fue posible superarlas. Varios días demoraron en recorrer este trayecto; finalmente en Puerto Chico se procedió a la armadura final y terminación de su aperamiento. El 13 de diciembre de 1903 pudo el "Santa Rosa" realizar el viaje de inauguración entre Puerto Varas y Puerto Octay. Fue este un viaje muy pintoresco usando máquinas a vapor y velas. En medio del trayecto, el barco sufrió la quebradura de una parte vital de la máquina, debiendo ser auxiliado y remolcado para su reparación. El "Santa Rosa" tuvo varios propietarios en pocos años. La primitiva sociedad fue modificada; unos socios se retiraron y otros ingresaron. La nueva sociedad, que giraba con el nombre "José Matzner y otros", se constituyó en el mes de noviembre de 1910. Esta lo mantuvo durante tres años y en enero de 1914 fue adquirido por don Cristino Haase. Con el vapor también se transfirieron los dos muelles y bodegas que la sociedad poseía en Puerto Varas y Puerto Octay. En 1915, el señor Haase vendió el "Santa Rosa" a. don Augusto Minte y el valor de la transacción ascendió a la suma de $ 40.000, incluyendo algunos repuestos de reserva como la hélice y otros. En septiembre del año 1918 fue adquirido por don Carlos Heim, navegando sin interrupción hasta 1938, año en que se le hizo una reparación y transformación general. En efecto, se sacaron las máquinas para hacerle una reparación completa a fin de darle una mayor eslora hasta alcanzar 36 metros. Además fue modernizado con acomodaciones para 150 pasajeros y adaptado principalmente para el servicio del. transporte de turistas en cómodas y lujosas cabinas. También se destinaba al transporte de toda clase de mercaderías en sus amplias bodegas. Entre sus pasajeros ilustres, se recuerda al Cardenal argentino, Monseñor José L. Coppelo. Este representante de la Santa Sede, en su calidad de "delegado papal", el domingo 2 de noviembre de 1941, se embarcó en Ensenada hasta Puerto Varas acompañado de una selecta comitiva. Desde Buenos Aires, vía San Carlos de Bariloche, se dirigía hacia Santiago, a participar en el Congreso Eucarístico de aquel año. El "Santa Rosa" navegó hasta el año 1945, en que fue vendido; se pretendía desarmarlo y trasladarlo a Puerto Montt para ponerlo en servicio entre Puerto Montt y Puerto Aysen. Permaneció semidesarmado en Puerto Varas hasta que un fuerte temporal lo arrojó a la playa donde sus últimos restos fueron abandonados. EL "BAJOS" El "Bajos" fue construido por la firma Schneider, de Valdivia, a petición del señor Cristino Haase de Los Bajos. El casco era enteramente de fierro, entrando en servicios a mediados de 1907. Las crónicas de ese tiempo señalan que el 14 de noviembre de aquel año llegó por primera vez a Puerto Varas. Este vaporcito debía tener una capacidad de 40 toneladas, pero no cargaba más de 25 por defectos de construcción, que era desproporcionada. El casco era angosto y a la vez demasiado alto, lo que ponía en peligro permanente la estabilidad de la nave, incluso las veces que había poco oleaje. El capitán era don Luis Haase, hermano del propietario. El 18 de julio de 1915 fue adquirido por los señores Julio Gerdes y Liborio Guerrero en la suma de $ 12.000, quienes lo transformaron y lo bautizaron "Correo". EL "CORREO" El "Correo" resultó de la transformación del vapor "Bajos" y como se ha dicho, sus nuevos propietarios eran don Julio Gerdes y Liborio Guerrero. La cubierta superior fue desarmada; modernizado y provisto .de lujosas cabinas para el servicio de transporte de pasajeros. En el año 1916 el "Correo" fue adquirido por don Augusto Minte de Los Riscos, el que en 1915 también había adquirido el "Santa Rosa". En 1918 éste fue vendido a don Carlos Heim, quien lo aprovechó para la transformación y arreglo del "Cóndor". EL "CONDOR" Había sido construido en el año 1909 por los astilleros Behrens, de Valdivia, para don Adolfo Toelg en Puerto Varas. Tenía 23 metros de eslora, el casco era totalmente de fierro y su capacidad alcanzaba a 60 toneladas; su andar era de 7 millas. Entró al servicio en el mes de agosto de 1910. Encontrándose anclado en Puerto Chico para su terminación definitiva, en el invierno del año 1910, un fuerte temporal de norte le cortó la cadena del ancla, lanzándolo a la playa. Afortunadamente los daños no fueron de consideración y pudo ser re flotado por el "Santa Rosa". Estando el "Cóndor" recién terminado y habiendo comenzado a navegar, el día domingo 19 de octubre de ese mismo año se hundió con 43 animales a bordo, cerca de la costa de Puerto Obscuro en la región de Ensenada. Habíanse cargado animales y los que se encontraban sin amarras se corrieron hacia un lado, causando el volea-miento y penetrando el agua por ese costado, tumbándose enseguida con toda su carga. La proximidad de la playa hizo que no hubiera desgracias de personas, fuera del pánico consiguiente. De los animales sueltos, algunos alcanzaron a nado la playa y los que estaban amarrados se ahogaron. La tripulación la formaban el capitán, don Adolfo Toelg; maquinista, don Aberto Juergens ; fogonero, Juan Ojeda Gómez, y marineros, José Daniel Vida, Arturo Paredes, Pedro Burteo y Francisco Vera. El 21 de abril de 1911, después de muchos esfuerzos del propietario y varias otras empresas, don José Schmidt consiguió reflotarlo. El vapor "Santa Rosa" y la goleta de Nazario Gallardo tuvieron una activa participación en esa difícil maniobra, debido a que la nave se encontraba hundida a una profundidad de 22 metros. De los animales quedaban únicamente las cabezas amarradas con cordeles a los bordes de la cubierta. El "Cóndor" pasó poco después a la firma Wiehoff Hnos., de Estación Llanquihue, quienes al poco tiempo lo vendieron a los señores Juan Brandau y Guillermo Redlich, haciendo éste último las veces de capitán. Sólo algunos años permaneció en manos de los nuevos dueños, siendo transferido posteriormente a don Carlos Heim, quien le hizo varias reparaciones utilizando partes del vaporcito "Correo", que había adquirido con anterioridad. El "Cóndor" terminó de navegar en el Lago Llanquihue al ser vendido y trasladado al Lago General Carrera en la provincia de Aysen, donde todavía permanece en servicio. El desarme y traslado estuvieron a cargo de don José Ruiz. EL "CHILE" El propietario de este barco, don Cristino Haase, le encargó su construcción a los astilleros Behrens, de Valdivia, pero siendo armado en la localidad de Los Bajos. El casco era totalmente de fierro, de una capacidad de 120 toneladas y sus máquinas tenían una potencia de 200 H.P. Fue lanzado al agua el 2 de mayo de 1912 y pocos días después remolcado por el "Santa Rosa" hacia Puerto Varas con el objeto de embarcar las máquinas y caldera que llegaban por ferrocarril. Estas habían sido importadas de Alemania y eran de alta precisión. El traslado, desde la Estación de Ferrocarriles; al barco demoró dos días. Concluida esta faena, nuevamente hubo de ser remolcado hasta Puerto Octay, lugar donde se dio término a la colocación de las máquinas y resto de la construcción. Su andar era de 10 millas. El viaje de inauguración se efectuó el 12 de julio de 1912 siendo su primer capitán don Luis Haase y el piloto don. Antonio Aguila. El 7 de diciembre de 1920, una ilustre embajada española, integrada por S.A.R. don Fernando de Bavierc y Borbón, el señor Embajador de España en Chile, dor José Francos Rodríguez, el Ministro del Interior d: Chile, señor García de la Huerta y otras personalidades, se embarcaron en el vapor "Chile" en Estación Llanquihue, con el fin de hacer un hermoso paseo por el lago para posteriormente dirigirse a Puerto Varas, ciudad que les brindó una cordial acogida. El "Chile" era un vapor magnífico, el mejor que navegó en el lago, de mucha comodidad y capacidad. Se mantuvo en servicio, sin interrupción hasta el año 1954. Habían pasado más de 40 años de navegación, por lo que hubo que hacerle reparaciones mayores en el casco y en las máquinas. Permaneció varado en la playa de Puerto Octay por algunos años hasta que su dueño, don Cristino Haase, lo vendió a don Domingo Kauak, de Osorno, quien lo desguasó y vendió como fierro viejo. En los últimos años los capitanes del "Chile" fueron don Cristino 2o Haase, hijo del propietario y posteriormente don Enrique Haase, hijo de don Luis. Habían transcurrido exactamente 100 años desde que se iniciaran los viajes con la balandra llamada "La Fundadora", navegación que tuvo un auge considerable en su tiempo, con una cantidad de vapores que abastecían las necesidades de los colonizadores alrededor del lago. "LA GAVIOTA" Ha sido ésta la goleta más imponente y gallarda que haya navegado en las aguas del lago. Fue construida por la firma Schubbe y Bógel, por encargo del Sr. Otto Raddatz, de Puerto Varas, y siendo aperada por don Alfonso Niklitscheck. Tenía 24 metros de eslora por 5 metros de manga y la capacidad era de 60 toneladas de carga. Desde su construcción en el año 1926 navegó hasta 1944. Poseía, además de las velas, un motor auxiliar que se empleaba para aumentar su andar, pero principalmente cuando había calma de viento. En cierta ocasión sufrió graves averías al chocar con unos pilotes de un antiguo muelle en la localidad de Quilanto, que le produjeron una gran apertura en el casco. Esta reparación, bastante complicada, demoró más de tres meses. OTROS BARCOS A VELA En el año 1906, don Germán Tampe Pecher construyó una lancha a vela de dos palos, llamada "Santa Clara". La construyó en Puerto Rosales y posteriormente la permutó por un campo de don Nazario Gallardo. El capitán era don Eleuterio Gallardo, que años después falleciera en la explosión del "Colonia", en Los Riscos. Don Nazario Gallardo mantuvo la "Santa Clara" desde el año 1908 hasta 1915. Con ella hacía fletes de maderas, productos y otros equivalentes hasta 400 sacos de papas. Don Lindor Gallardo era propietario de otra goleta velera; navegó en la misma época que la anterior y cargaba hasta 250 sacos de papas, remolcaba al mismo tiempo una lancha que también cargaba 250 sacos. EMBARCACIONES MENORES LA "VENUS" Fue seguramente la primera lancha a motor que navegara en el Lago Llanquihue y pertenecía a don Enrique Martin, de Puerto Octay. Algunos antecedentes señalan su existencia en el año 1896. Construida de madera, su longitud era, aproximadamente, de 10 metros, poseía un motor y la caldera se alimentaba con leña. LA "PATRIA" Fue construida por don Juan Luckeheide, en Los Bajos. Era enteramente de fierro y fue la primera lancha con motor a bencina. Tenía 10 metros de eslora y su capacidad de carga era de 5 toneladas. Estaba más bien. acomodada para el transporte de pasajeros y equipada para tal objeto con una buena cabina. El viaje de inauguración lo realizó el 18 de septiembre de 1907. Navegó pocos años, pues un fuerte temporal la sorprendió en el muelle de Los Bajos, cortándose sus amarras y graves averías. Sometida a reparaciones y puesta nuevamente en servicio, un temporal, esta vez en Puerto Chico, la lanzó a la playa, junto con el vapor "Cóndor" y la lancha "Grey"; esto sucedió el 26 de junio de 1910. Debido a daños irreparables la lancha hubo de ser desguazada.. LA "LAURITA" Había sido construida por la firma Steffen, de Valdivia, para su propietario, el doctor don Augusto Riffart, de Puerto Varas. Estaba equipada para el transporte de enfermos provenientes de los distintos lugares costeros del lago hacia Puerto Varas. Navegó solamente los años 1917 y 1918, debido a que un temporal en Puerto Varas la arrojó a la playa destruyéndola completamente. LA "CENTINELA" Importada de Inglaterra, esta lancha fue traída a Chile junto con el acorazado "Almirante Latorre" en el año 1921. Los propietarios del balneario Centinela, señores Carlos Larraín Claro, Luis Izquierdo y Luis Barceló Lira, la trasladaron al Lago Llanquihue. Navegó durante muchos años como lancha de excursiones de los dueños del hotel hasta que se hundió en Puerto Octay, siendo abandonada. Después de algunos años, don Bruno Gubernatis la reflotó y la sometió a un arreglo general y colocación de nuevas máquinas. Se encuentra hasta hoy en buenas condiciones de navegación. LA "ELBA" Construida por don Edmundo Opitz en Puerto Varas, navegó durante cuatro años, de 1925 a 1929,1 especialmente en la costa sur del lago. Tenía una capacidad de carga de hasta 400 sacos de papas. LA "ALMIRANTE" Fue construida por encargo de don Cristino Haase en Los Bajos. El nombre es un homenaje al almirante de la Armada de Chile, don Luis Gómez Carreño. Navegó muy poco en el Lago Llanquihue, pues fue adquirida por don Federico Reichert, domiciliado en Cayutue. lugar a donde fue trasladada; navega allí con el nombre de "Chasqui". LA "CHINGUE" Como la anterior, también había sido construida por don Cristino Haase en Los Bajos; navegó muy poco tiempo en el lago, pues fue vendida a don Humberto Kramm, quien la trasladó al Lago Rupanco. LA "MOEWE" Propietario de esta lancha era don Egor Balduino Martin, quien la destinaba, por lo general, para efectuar excursiones y paseos lacustres. Constantemente navegaba entre Puerto Octay y Centinela, conduciendo grupos de turistas. Su apacidad era de 20 personas cómodamente instaladas, con un motor que le daba una velocidad de hasta 25 millas por hora. Esta embarcación navegó hasta el 28 de febrero de 1931, fecha en que un trágico accidente la dejó inutilizada y naufragada. Aquel día llegaron de visita a esta región los príncipes de Inglaterra Eduardo de Gales y su hermano, Jorge de Windsor, que años más tarde ocuparían el trono con los nombres de Eduardo VIII y Jorge VI, respectivamente. Habían llegado desde la ciudad de Osorno para pernoctar en el Hotel Centinela. La banda militar del Regimiento "Caupolicán", de Valdivia, acompañaba a la comitiva de personalidades. Se había convenido que el vapor "Chile" buscaría a los músicos para pernoctar en Puerto Octay más o menos a las 10 de la noche, hora en que se dio aviso por teléfono al vapor. Los músicos, mientras tanto, se trasladaron al muelle y se encontraron que allí estaba la "Moewe" y, consultada si podía hacer el traslado, todos se embarcaron en ella sin esperar la llegada del "Chile"; eran 19 pasajeros y dos tripulantes. En la oscuridad de la noche la lancha se encontró con el vapor "Chile", el que, como hemos dicho, buscaría a los mismos músicos; el encuentro se produjo justamente en la angostura de entrada al Puerto de Octay. Como era de noche, el vapor hizo uso de sus reflectores para orientarse en la oscuridad sin percatarse de la presencia de la lancha, pero las potentes luces encandilaron, tanto al piloto como a las demás personas que iban en ella. El piloto de la "Moewe", a causa de esto, ya no pudo orientarse e intempestivamente se produjo una fuerte colisión que hundió a la embarcación en el mismo momento. De los músicos se ahogaron 12 y el maquinista, Sofanor Aguila. Fueron 13 las víctimas que ocasionó este trágico accidente. Los nombres de los músicos fallecidos fueron: Vice sargento Primero, Luis Núñez Laso; Sargentos Segundos: Carlos Riffo, Julio Meza, Alfredo Albarracín; Cabos Primeros: Eliseo Manso, Matías López; Cabo Segundo: Enrique Bastías; Soldados: Teófilo Soto, Luis Carrasco; Agregados: Raúl Casas, Oscar Palma y Luis Marchant. LA "VENUS" Fue construida por don Cristino Mardorf en Puerto Octay. Navegó pocos años en el Lago Llanquihue. Un temporal la lanzó a la playa en Los Bajos, lugar donde estuvo amarrada en el muelle de Held; las amarras se soltaron en un temporal del este, quedando dañada entre las grandes rocas. Su capitán era don Alfonso Hechenleitner, de Los Bajos. Una vez reparada fue adquirida por don Mustafá Essedin, quien la destino al servicio de pasajeros y cabotaje en el río Maullín, navegando entre Maullín y Puerto Toledo; allí se le cambió de nombre por el de "Bremen". Además de estas lanchas o embarcaciones menores existieron otras, como ser: la "Poza"y "Llanquihue", de don Guillermo Schadow; la "Iris", de don Fernando Vymeister; la "Venus", de don Wendelin Klenner, destinadas al transporte local de turistas. Fuera de las nombradas anteriormente, numerosas personas proyectaron construir barcos o vapores en el lago. En el año 1889, un señor Bittner, hizo los trámites para importar un vapor desde Alemania, pero por razones desconocidas desistió de este negocio. En 1898, los hermanos Sommer, de Osorno, presentaron al Supremo Gobierno una solicitud para una concesión de navegación en el río Maullín. La solicitud consistía en dejar expedito este río para la navegación solicitando a su vez una subvención de $ 4.800 por el término de seis años. En el año 1897, el señor José Hausdorf, de Puerto Octay, proyectó la construcción de un vapor, lo que no pudo realizar por el elevado presupuesto. En los años 1897 y 1898, don Emilio Martin, de Puerto Octay, también proyectó construir un segundo vapor de fierro, proyecto que no se llevó a efecto por el fallecimiento repentino del señor Martin el 5 de abril de 1898. En el año 1909, el señor Germán Tampe, de Puerto Varas, hacía diligencias con la firma Behrens, de Valdivia, para construir un vapor. En el año. 1910, la Sociedad Comercial Chile-Argentina también pretendió construir un vapor propio en el lago, proyecto que no se concretó debido a que esta firma se declaró en quiebra. A medida que transcurrían los años, aumentaba la producción agrícola en los contornos del lago. El primitivo sistema de carga y descarga empleando botes desde la playa a los barcos y viceversa, no podía mantenerse por las grandes cantidades de cargas existentes. Fue entonces cuando los propietarios de terrenos adyacentes al lago vieron la necesidad de construir sus propios muelles, para poder cargar y descargar con más rapidez y facilidad toda clase de productos. Junto a los muelles también edificaron bodegas de almacenaje y algunas veces líneas de rieles en el muelle con el objeto de facilitar el trabajo. Según la conformación geográfica de las orillas del lago, que no era uniforme en sus profundidades, algunos muelles tuvieron una extensión de 150 o más metros de longitud. Su construcción era una faena que sólo podía ejecutarla gente experta; había que trabajar con un martinete, siendo necesario enterrar los pilares lo suficientemente profundo para que el muelle resistiera los temporales. Como ejemplo, se pueden nombrar algunos: En Puerto Varas (Puerto Chico) existían 2 muelles: el de la Sociedad Comercial Chile-Argentina y el de don Gustavo Schminke, con sus respectivas bodegas; en Puerto Varas (Puerto Grande) había también 2 muelles. Siguiendo hacia el norte nos encontramos con un gran muelle en Llanquihue, construido por los hermanos Carlos y Alfredo Neumann; en Totoral existían los muelles de Müller y Kretschmar; en Quebrada Honda de los señores Heim y Brandau; en Punta Larga siguen Hornig, Aichele, Wetzel y otros; en Frutillar había 4: el de la curtiembre de Richter, de la Sociedad Comercial Chile-Argentina, de don Adolfo Richter y de la curtiembre de don Reinaldo Klocker. En Playa Maqui el muelle de Schmidt y Kaschel; en Pichi Laguna el de Carlos Klocker; en Los Bajos existían 5 muelles: el de Held, el del puerto principal, Junge, Niepel y Haase. Siguiendo hacia el norte nos encontramos con los muelles de Gádicke, Kusch, Ldbel, Centinela y varios atracaderos en la bahía de Octay. En Playa Maiten había 3 muelles: Siebert, Blaña y Krahm, y siguen los de Andler, Weisser, Püschel; en Puerto Fonck, de Gebauer y Konrad; los muelles de Puerto Klocker hacia Río Blanco y Ensenada, dando la vuelta por Los Riscos y La Fábrica con varios muelles de importancia. En Playa Venado tenemos el muelle de Daniel y Carlos Tampe y en río Pescado el muelle Opitz; también en La Poza y en Puerto Rosales. COMERCIO, INDUSTRIAS Y AGRICULTURA La colonia de Llanquihue se desarrolló con una vida propia a causa del aislamiento del resto del Territorio de Colonización, que se inició en el año 1850 con el plan de colonización de las provincias australes de don Vicente Pérez Rosales y don Bernardo Philippi. Prácticamente disponían de una sola salida hacia el lado sur por la vía de Puerto Varas hacia Puerto Montt. Esa vía aislada tuvo un desarrollo propio y típico a esa región. La región del lago se vio solamente unida por la navegación y se formaron centros de comercio y culturales, estableciéndose en aquellos lugares toda clase de comercio, pequeñas industrias y centros culturales. Puerto Varas y Puerto Octay eran los puertos de enlace para la comunicación entre Puerto Montt y Osorno, y más al norte. El único camino para transportar los productos y mercaderías de la colonia era a través del lago, y desde Puerto Varas por tierra por empresas de transporte en carretas tiradas por bueyes. En dirección hacia Osorno existía un camino malamente transitable hasta el pueblo de Cancura; desde allí sólo existía una senda para traficar a caballo. Este camino, hasta Chan Chan, era la única vía hacia el norte para descargar los productos agrícolas de aquella región hacia el Puerto de Octay. Es así como la Sociedad de Ñuble y Rupanco, que se servía de este camino, transitaba por él toda su producción agrícola y mercaderías, hacia y desde Puerto Octay para ser transportada por vapor hacia Puerto Varas y de allí a Puerto Montt. En efecto, en tiempos de temporada llegaban a Octay desde aquella sociedad 50 y más carretas cargadas de productos agrícolas que daban un movimiento inusitado al Puerto de Octay y las calles estaban atochadas de carretas. El transporte por el lago era intenso asimismo desde Puerto Varas a Puerto Montt. En Puerto Octay los trabajadores que conducían las carretas se proveían de toda clase de mercaderías y necesidades caseras. Existían en Octay, entre otras, las tiendas surtidas de José Hausdorf, Enrique Martin, Francisco Teuber, Cristino Mardorf, Adolfo Richter, Juan Etcheberry, Juan Appel y Cristino Ochs; hoteles de Luis Haase, Federica Martin, Ernesto Valentín, José Hausdorf y otras pensiones particulares. Molino de Guillermo Simón, después de Francisco Klagges; había 2 herrerías, hojalatería, mueblerías, zapaterías; curtiembre de Kalisch; fábrica de bebidas gaseosas y destilería de alcohol; 2 boticas, panaderías, carnicerías y otras. Propietarios de vapores y embarcaciones fueron Enrique Martin, Cristino Mardorf, Balduino Martin, José Matzner, Francisco Klagges y otras menores. De todo esto se deduce que Octay en su tiempo fue un pueblo floreciente y de gran actividad que prosperó y decayó junto con la navegación del lago. Los otros pueblos intermedios, principalmente Los Bajos y Frutillar, mantenían igualmente un intenso movimiento comercial relacionado con la navegación en el lago y que mutuamente se complementaban. Existían tres tiendas en Los Bajos: de Juan Lückeheide, Federico Sunkel y Carlos Hitschfeld; dos molinos de Jerman Bendix y Juan Lückeheide; un hotel de Carlos Aichele, después de Bernardo Wellmann; destilería de alcohol y tienda de Francisco Klocker; herrería de Juan Steger; mueblería de Eugenio Hollstein; hojalatería de Jakob Brugger. Propietarios de vapores don Cristino Haase, Julio Gerdes y Juan Lückeheide. En Frutillar existían las casas comerciales importa¬doras y exportadoras de don Adolfo Richter y la Sociedad Comercial Chile-Argentina, más la tienda de Edmundo Winkler con Enrique Müller y Carlos von Bischoffshausen. Antes existían las tiendas de Carlos Richter y Roberto Klenner, con hotel; había dos curtiembres de Klenner y Winkler, que se traspasó a don Adolfo Richter y la de don Reinaldo Klocker; cervecería de don Luis Nicklitscheck, que fue vendida a don Germán Galle; 2 molinos de Bernardo Richter y Eduardo Winkler; destilería de alcohol de Richter; 2 herrerías de Enrique Vymeister y Femando Hechenleitner; mueblerías de Oscar Runge, Gottlieb Schonherr, Albino Winkler, Reinaldo Winkler; zapaterías de Francisco Winkler y Francisco Klesse; sastrerías de Santiago Kuschel, Gaspar Potthoff y Bernardo Nannig. Hoteles y casas de hospedaje de Roberto Winkler, Roberto Klen ner, Pablo Krause y otros. El pueblo de Llanquihue, recién en el año 1893 nacía, con la venta de los primeros sitios y se formó después que hubo llegado el ferrocarril. Sin duda, fue el puerto de Puerto Varas el más importante de todos; allí se concentraba toda la actividad de la vida de la colonia alrededor del lago. En él se construyeron los primeros vapores; era el lugar donde pasaba todo el tráfico de personas y mercaderías y productos; existían varias empresas de transporte con carretas entre Puerto Varas y Puerto Montt. Entre las primeras tiendas se pueden nombrar, entre otras, las de Francisco Schaeffer, Teodoro Niklitscheck; hoteles y casas de hospedaje de Fernando Hess, Víctor Hess, Enrique Brámer, Wilibaldo Klenner, Reival do Wagenknecht, Germán Wiederhold, CarlosHeim, Alfredo Heim; cervecería de Víctor Hess y Nicolás Droppelmann; curtiembre de Antonio Kahler y Niklitscheck; como las empresas de transporte trabajaban con carretas, para surtir éstas con repuestos y arreglos había varias carrocerías y herrerías, las de Teodoro Bartsch, Damián Bittner, Juan Dietz; especial importancia tenían las tonelerías de Godofredo Heim, después Carlos Raddatz y de Cristino Bemer en La Laja. Había tres grandes mueblerías de Teodoro Niklitscheck, Teodoro Raddatz y Cristino Berner; una hojalatería de Maximiliano Hólck y otras pequeñas industrias. En Puerto Varas existía un inusitado movimiento comercial; desde allí se proveía la colonia de Llanquihue con toda clase de mercaderías y también el puerto donde llegaban los productos agrícolas para ser transportados a Puerto Montt. La construcción del ferrocarril (1909) causó, en primer término, la supresión del carreteo por tierra entre Puerto Varas y Puerto Montt y las empresas de transporte tuvieron que liquidar esta actividad. El cierre de este comercio no influyó en la navegación del lago y aun el tráfico lacustre fue en aumento, porque crecía la producción agrícola y el transporte por ferrocarril hacía más expedito el traslado dé los productos. Sólo cuando se inició en mayor escala la construcción de caminos y con esto los consiguientes métodos de transporte por camiones, la navegación en el lago se hizo inadecuada para la salida de la producción agrícola. Consecuentemente este rubro de trabajo fue decayendo en forma paulatina y los vapores, que en su tiempo daban un gran aspecto de actividad a toda la colonia, fueron obligados a dejar esta actividad por falta de fletes. Paralelamente con la decadencia del transporte por el lago, también sufrieron serios problemas de decadencia los pueblos de Octay y Los Bajos en especial. Muchas casas comerciales y otras actividades tuvieron que cerrar sus puertas. Los pueblos cercanos a la línea férrea y al camino longitudinal absorbieron estas actividades. Puerto Varas es, sin duda, el centro más importante de la región del lago; el Desagüe (después Estación Llanquihue), se desarrolló en un gran centro industrial y comercial; por último, Frutillar se dividió en dos partes: Frutillar Bajo, a orillas del lago, es un centro turístico y residencial de primera importancia, mientras que Frutillar Alto, junto a la línea del ferrocarril y camino longitudinal, se desarrolló como industrial y comercial. EPILOGO Los primeros colonizadores llegaron el 3 de marzo de 1852 desde el puerto de Corral, por vía La Unión y Osorno, a la orilla norte del lago, a la región de Playa Maitén. Entre ellos se encontraba el señor Francisco Klagges, laborioso industrial, quien el primer año procedió a instalar un molino movido por una rueda de agua. En cambio, los colonos que se ubicaron en la región sur del lago, llegaron el 28 de noviembre del mismo año. La ubicación en sus parcelas demoró alrededor de dos años, y la producción de alimentos, especialmente trigo para la molienda, se retrasó por algunos años, toda vez que carecían de un molino para producir la harina. Ahora bien, a falta de comunicación en esos primeros años, algunos colonos construyeron dalcas o canoas para navegar en el lago, con el objeto de proveerse de sus necesidades, navegar hasta Puerto Chico o bien para socorrerse entre ellos. En tal sentido, muchos osaron embarcarse en esas frágiles canoas hasta atravesar el lago y llegar a Playa Maitén llevando un poco de trigo para el molino del señor Klagges y volverse con la molienda de harina. En esas difíciles travesías, por demás peligrosas, y sólo con el impulso de los remos, sucedieron lamentables desgracias. En efecto, algunas veces debieron lanzar su carga al agua para no naufragar, y salvarse del oleaje que en muchas ocasiones se levanta de improviso; en otras ocasiones perecieron algunos de esos intrépidos colonos con toda su carga. Entre éstos se puede nombrar a un señor Gebauer, de La Fábrica, el cual naufragó con toda la carga y con sus acompañantes. Pero como no existían diarios ni otro tipo de publicaciones, se nos escapan muchas noticias y hechos sobre la historia y la navegación en el lago. Los Padres Jesuítas, de Puerto Montt, recorrían constantemente los contornos del lago en su obra de asistencia espiritual a los colonos. Llevan también desde aquellos años un libro "Diario" donde se escriben los más importantes hechos acaecidos. En ese "Diario" se encuentra textualmente el siguiente relato: Año 1871. Enero 27: "Don Pedro Belmar y don Carlos Piñeyrose embarcaron a las 10 en Puerto Varas y a las 3 1 /4 naufragaron cerca de Puerto Octay, probablemente frente al "Centinela" por llevar las velas fuertemente amarradas a la escota, y murieron todos, es decir, ocho personas". El lo de febrero llegó la noticia del naufragio, sin saberse más detalles. El 7 de febrero, textualmente dice: "Como a las 9 horas hallaron en Playa Maitén el cadáver de Piñeyro; el padre Dalman, avisado por un peón, lo descubrió dentro del agua y lo sacó de allí en presencia del padre Bernardo, de Klagges y otros vecinos. Estaba íntegro, con un ojo salido, el labio partido y una mejilla despedazada, completamente vestido; le sacaron el reloj que se había parado a las 3 1/4, dos medallas y dinero. Le hicieron una buena caja, y a las 4 lo enterraron en el cementerio de Playa Maitén. Luego enterraron a los dos bogadores que también perecieron aquel día". El día 11 de febrero, se anota que "se halló el cadáver de don Pedro Belmar, también en Playa Maitén, y el señor Klagges lo enterró en su cementerio" En la relación que precede se ha visto que la fuerza y magnitud de las olas y temporales causados principalmente por el puelche o viento de la cordillera, en muchas ocasiones ha producido daños de consideración a vapores y embarcaciones que navegaban por el lago. Pero el daño no fue sólo en los barcos, sino que causó también momentos de dolor y tristeza por las pérdidas irreparables de vidas humanas. En los primeros años, tal vez por falta de experiencia en estas actividades o por desconocimiento de la repentina violencia de los vientos, perecieron cantidad de personas que se arriesgaban a navegar en frágiles canoas. De las muchas desgracias se puede nombrar aquella de mayor magnitud y tristeza ocurrida el 18 de julio de 1895 cuando por un fuerte temporal que se desencadenó durante un viaje desde Octay al Volcán, perecieron todos los pasajeros de una de estas embarcaciones. Fueron don Augusto Püschel, su esposa, Anna Benesch, dos hijos, un yerno y dos hermanos Habert, dejando enviudadas los dos últimos sus familias. Otras tragedias como la explosión del "Colonia", donde perecieron 13 personas y la colisión del"CMe" con la lancha "Moewe", donde también perecieron 13 personas, han relatado anteriormente. Estas no fueron las únicas, y por nombrar sólo algunas dé tristes recuerdos, como fueron las de las familias M¡üller, de Totoral, donde se ahogaron 6 personas; la de Morawitz y Schmitz, que desaparecieron, y sólo el bote fue encontrado en la playa en Los Bajos; la de Rosas y 'Kaschel, donde se ahogaron dos señoritas Rosas y Eduardo Kaschel. También en tiempos pasados no faltaron desgracias al transportar en frágiles canoas los productos hacia Puerto Varas . En un viaje desde Totoral a Puerto Varas pereció el Señor Gustavo Siebal con sus dos acompañantes perdiéndose también la carga de productos agrícolas APENDICE CARLOS HEIM RADDATZ, ARMADOR NAVIERO Son muchas las personas que con su esfuerzo y empuje lograron mantener las empresas de navegación entre los diversos puertos y lugares del Lago Llanquihue. En páginas anteriores se han señalado a algunos de ellos. El negocio no era floreciente, ya que el mantenimiento de las naves era de alto costo, toda vez que el agua y los temporales constantemente causaban daños y pérdidas en las embarcaciones. Es necesario, entonces, estar dotado de mucho amor propio y de deseo de servir a la comunidad. Entre los armadores que durante años mantuvieron el servicio de navegación en el lago, queremos destacar a don Carlos Heim Raddatz, sin desconocer por eso la obra de muchos otros. Don Carlos Heim, desde muy joven, captó las posibilidades comerciales y turísticas de la región del Lago Llanquihue; él vio que esta zona estaba dotada de innumerables atracciones, entre las cuales podían ofrecerse a los turistas excursiones a través del lago y alrededores. Descendiente de los esforzados colonizadores teutones, sus padres fueron don Godofredo Heim y doña Luisa Raddatz. Ambas familias provenían de Silesia y llegaron al naciente Puerto Montt el 19 de noviembre de 1860 en el velero "Iserbrook". Días después ambas familias se establecieron en Punta Larga, lugar donde el 5 de diciembre de 1875 naciera nuestro personaje. Pero el año siguiente, la familia Heim-Raddatz decide trasladarse a Puerto Chico, donde se encontraba la mayor población. Allí, don Godofredo se dedicó a la fabricación de toneles o tinas de madera, hechos especialmente para envasar la mantequilla. Algunos años después se establecieron en Puerto Varas en la propiedad que hasta hoy es de la familia Heim-Raddatz. Concluidos sus estudios en la Deutsche Schule de Puerto Montt, don Carlos trabajó algunos años en compañía de su padre en la industria de la familia; posteriormente se hizo cargo del "Hotel Bellavista", que todos conocemos. Como hombre visionario, don Carlos Heim comprendió las buenas posibilidades que presentaba el negocio de los vapores recorriendo los diversos lugares junto al lago. En pocos años ese trabajo lo entusiasmó y no nos sorprende entonces que en 1918 se haya transformado en armador naviero, adquiriendo primeramente el vaporcito "Correo" y en seguida el "Santa Rosa", con lo que pudo realizar el servicio de pasajeros, carga y correspondencia por los diversos puertos del contorno. En Puerto Varas tenía la oficina principal, con representantes en Frutillar y Puerto Octay. Muchas veces él mismo navegaba acompañando a los capitanes y pasajeros de sus vapores. Se puede afirmar que una larga época de la navegación lacustre se identifica con don Carlos Heim R. A los vapores anteriores hay que agregar el "Cóndor", que también se utilizó como nave de pasajeros y carga. Años más tarde 1938 el "Santa Rosa" fue sometido a una completa reparación, cuando incluso fue alargado en ocho metros para una mejor utilización en favor de sus usuarios. Para atender de manera más eficiente a los usuarios, la empresa poseía su muelle propio conjuntamente con bodegas también de su propiedad. Hasta hace pocos años todavía era posible observar los últimos vestigios de esa época en que la movilización sólo era posible mediante el servicio de los vapores. . |
Navegación Lago Llanquihue 1852-1952 del libro 100 años de navegación en el Lago Llanquihue de Don Emilio Held Winkler
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La Ensenada Chile Centro del Turismo de Aventura Lago Llanquihue Región de Los Lagos - Chile |